Hace unas semanas estuve en Cosa con mis hijos. Allí disfrutan, son inmensamente felices. La gente que solemos ir al pueblo ya sabe de lo que hablo.
El caso es que una de las noches, cuando estaba en la cama con mi hijo Joan, después de leer un cuento y charrar sobre varios temas y cuando pensaba que dormía ya hace rato, comentó sobresaltado:
- Eeeeh, que les gallines no tenen sabates !!!
-No Joan, no -contesté- ni els conills tampoc...
- El conills tampoc...-dijo-
- Ni les ovelles.
- Les ovelles tampoc... - susurró Joan-
Y así, su respiración se fue volviendo pausada y se durmió profundamente.
Seguramente, su mente estaba dando otra vuelta por el corral de la Matilde...
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La infancia es nuestra verdadera patria. Yo a la edad de Joan también me paseaba por todos los corrales del pueblo (dormida y despierta).
ResponderEliminarQué alma de poeta tienes, Vicent.