sábado, 15 de septiembre de 2018

Siglo XX y Cinema Paradiso

Hace poco volví a ver, por enésima vez, "Cinema Paradiso", sin duda alguna mi película favorita. 
Es una peli que cuenta la historia de Totó que, tras muchos años, regresa a su pueblo para asistir al entierro de su amigo de infancia Alfredo. 

Afortunadamente no fui a ningún entierro pero, hace poco también, volví a Segorbe en fiestas. 
Volví a recorrer sus calles, plazas y bares y a disfrutar de las verbenas en las peñas de La Pellorfa y El Desacato, al igual que las disfruté hace décadas y durante mucho tiempo. 
Aunque con un punto de vista diferente que cuando era más joven, volví a ver toros embolados en la plaza a rebosar de gente y la famosa entrada de toros (más a rebosar aún). 
Volví a ver caras y sitios del Siglo XX que conocí (ésto no es mio, es de Sidonie). Caras, y algunos sitios, algo cambiadas pero con ese sentimiento de pertenencia al lugar. No sé cómo explicarlo, gente que siempre ha sido de ahí.

La cuestión, (y de la que no me quiero olvidar y por eso la escribo. Por eso, y por darle algo de vida al blog...) es que me encontré con Mª José y Menchu, amigas de infancia y juventud y a las que hacía mil años que no veía. Y volví a reírme con ellas y a beber en el bar de los republicanos en la plaza, como si el tiempo no hubiera pasado. Y nos abrazamos y nos volvimos a reír, como hace años. 
Y hablamos de cuando éramos pequeños, del dinero que nos devolvía Lide al devolver el casco de la cerveza, de las noches en la Glorieta, de las balsas, del Pozo de los Gitanos, de Belén, de Rubén, de José Ramón y Gloria, "la catalana", de José Mª, que se fue a Motilla del Palancar y nunca más supimos de él, de mi hermana Silvia y de tantas y tantas cosas que pasamos juntos. Y durante ese rato fui feliz, muy feliz, y sentí que estaba en el lugar adecuado con la gente adecuada.
Es curioso el paso del tiempo. Pasamos muchos años de infancia y juventud juntos y ese vínculo seguía ahí, como si nada.  

Nos despedimos, contentos con el encuentro, y prometiendo que no pueden volver a pasar tantos años otra vez. -Ahora Menchu tiene mi teléfono y yo el suyo y cenaremos todos antes de que acabe el año (a que sí, Menchu?)-

Al día siguiente me desperté contento (y con resaca) y al igual que Totó, recordé las caras cambiadas mientras recorría su pueblo. Y lo hice con alegría, sin nostalgia (creo).

Aún me emociona, y por eso quería escribirlo...




A las gentes y sitios del Siglo XX que conocí.


2 comentarios:

  1. Cuando se lo pasé a mi amiga Menchu dijo; "Cuando hay cariño, ya pueden pasar los años".
    Y dio en el clavo...

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  2. Me encanta leerte, Visentorro. Me alegro mucho de que hayas vuelto (a tu blog) 😉
    Pues sí, las amistades de siempre son un auténtico regalo de la vida. Besets, guapo. 😙

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